Jesús el Nazareno, el galileo, el denunciante de los abusos de los sacerdotes del Templo de Jerusalén, de la corrupción de los gobernantes y poderosos, el que estaba al lado de los débiles, el de los milagros imposibles. Él, ha vuelto.
Ha regresado, y lo ha hecho tal
como es su costumbre: denunciando a los corruptos, a los “hipócritas fariseos”,
a la podredumbre de los sacerdotes del templo de la opulencia, a los políticos
corruptos, a la casta insolidaria, a los avaros, mentirosos y manipuladores, a
los autoproclamados “Ministros de Dios”, a los medios manipulados y
manipuladores, a los ciegos y sordos de espíritu, a los egoístas, a los
apropiadores de lo ajeno, a los jueces que no imparten justicia, a ti, que no
haces nada por cambiar la situación ni deseas saber nada de lo que les aflige a
tus hermanos.
Paradójicamente, todos aquellos
que se dan golpes de constricción en el pecho, que acuden a diario a las
iglesias, que presumen de ser piadosos, de estar del lado de Jesús el Cristo;
son los peores. O como dice la máxima: “A Dios rogando y con el mazo dando…”
Casi nadie se ha dado cuenta de
que Jesús ya está entre nosotros. Y es debido a que no sale en la televisión,
en los “Mass media” destinados a “idiotizar” a la plebe.
Ha vuelto, y se ha encontrado con
un verdadero infierno; un averno de cristal, un lugar creado por la misma
humanidad que presume de ser inteligente, estar avanzados social y
tecnológicamente, pero que se comporta como necios ignorantes. Que se engaña a
sí misma, y que cierra los ojos y se tapa los oídos para no ver las injusticias
y no escuchar los llantos de sus propios hermanos que mueren de hambre, de sed,
de frío, de enfermedades hoy día totalmente curables con una simple vacuna de
apenas unos céntimos de coste. Que hace la guerra a los más débiles, y confunde
el amor con la concupiscencia y la lujuria. Una sociedad que no puede atender
las necesidades de los más desfavorecidos… por una sencilla razón: ¡están de
vacaciones!
Y lo peor de todo es que casi
nadie se ha dado cuenta de que Jesús está aquí. Y a los pocos que actúan con
CONSCIENCIA, se les etiqueta con adjetivos calificativos despectivos, como si
intentar solucionar la actual situación fuese cosa imposible, de locos, de
ilusos.
Y como no quiero que nadie diga
que no sabe dónde está Jesús, o cómo encontrarlo, les voy a dar algunas pistas:
Jesús está en aquellos hombres y
mujeres que luchan a diario por conseguir un mundo en el que reine la justicia
de verdad, no las leyes impuestas por los poderes fácticos. Está también en las
actitudes solidarias, en la clemencia, en el perdón, en el consuelo, en el
acogimiento, en el trato amable y amoroso con todos los animales… Pero, sobre
todo, está en ti y en mí; en todos y cada uno de los seres humanos que abogan
por la Paz, la Justicia y la Solidaridad.
No sigas ocultando al Jesús que
llevas dentro, déjalo salir. Te hará mucho bien a ti y a todos los que te
rodean.
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