sábado, 25 de febrero de 2017

No existe enemigo pequeño

David y Goliat

No existe enemigo pequeño. 

Hay quien infravalora la capacidad de destrucción de lo que a su parecer le resulta irrelevante o pequeño, y se olvida de que las mayores muertes y destrucciones son causadas por virus, seres minúsculos únicamente visibles al microscopio. 

Con los animales y las personas sucede exactamente lo mismo.



© 2017 José Luis Giménez 

jueves, 16 de febrero de 2017

FACEBOOK ELIMINA ESTE COMUNICADO DE FALLECIMIENTO DE MASCOTA.


Una vez más, Facebook, ha actuado negligentemente, provocadoramente y despreciablemente. No es la primera vez que con la excusa de que algún ignorante desalmado o descerebrados fascistas, Facebook elimina publicaciones de mi muro, cuando ni son Spam, ni atenta contra nada ni nadie.
Es una vergüenza y una canallada. Me siento impotente ante esta gente que sólo se preocupan de censurar a quienes decimos la verdad y protegen a los delincuentes cibernéticos.

Voy a publicar tantas veces como me eliminen mis publicaciones en Facebook, además de denunciar públicamente la forma tan poco honesta que tiene Facebook de actuar contra los usuarios que sólo buscamos la verdad.
Ojalá pronto salga una RED SOCIAL DE VERDAD. LIBRE Y HONESTA, PORQUE ENTONCES FACEBOOK SE QUEDARÁ VACIO.



MÁS QUE UNA MASCOTA

Mientras que humanizamos a nuestras mascotas, nos deshumanizamos a nosotros mismos. Las cosas nunca son lo que parecen, así como evitamos parecer lo que realmente somos.

Que un hombre hecho y derecho exprese su sensibilidad, para algunos puede parecer que pierde hombría.

¡Los hombres no lloran! Eso era lo que recuerdo que me decían desde mi más dura infancia (no uso el tópico de “tierna infancia”, porque no lo fue).

Pero yo lloro... ¡y mucho! Y soy un hombre.

Lloro cuando veo esas horribles y crueles imágenes de niños desnutridos, al borde de morir de hambre; de esos niños que mueren como consecuencia de los tan consabidos “daños colaterales” de las guerras provocadas por intereses espurios, sin darles una sola oportunidad; lloro cuando veo a ancianos solos, abandonados y desvalidos; lloro de impotencia ante cualquier acto criminal cometido contra un inocente indefenso. Y ahora, también lloro por mi querida Lluna, mi niña bonita, mi tigresa, mi gatita de preciosos ojos azules.

Quien no tenga un “animal de compañía” o mascota (que no sé por qué se intenta buscar un calificativo por no decir que es una parte más de tu familia), quizás no entienda mi actuación, o simplemente piense que soy otro más de esos “animalistas” sensibleros.

Pero la realidad, les guste o no, es que no se trata de una simple mascota, es mucho más. Es una extensión de ti mismo, es ese amigo al que le puedes confesar lo que a nadie más dirías; es quien te da siempre la bienvenida cuando llegas a casa, quien te saluda por las mañanas cuando te levantas, quien te acompaña en el desayuno, en la comida y en la cena, es quien se acuesta a tu lado en las noches frías, para darnos calor mutuamente, es quien te esconde los calcetines y te los trae al cabo de tres días, cuando ya no los buscas; es quien te caza una bolsa de chuches o de caramelos, y te las trae toda orgullosa por haberlos “cazado” para ti...

Y ahora ya no está... ya no la volveré a oír maullar más... avisándome que ha cazado algo para mí... ya no me encontraré todo un reguero de calcetines por el suelo, indicándome el camino a seguir hasta la “presa” (los caramelos de colores, que tanto le gustaba cazar).

Se fue hace dos días, el día de San Valentín, el día del amor.... dicen...

Quería haberle escrito antes, pero no podía... Aún sigo llorando, llevo tres días sin poder dejar de llorar. ¡Y ni siquiera sé a quién echar la culpa!

Sólo me queda seguir recordándola tal como cuando era feliz, y desear que si existe un cielo de “mascotas”, cuando me muera me dejen estar con ellas, porque nuestras mascotas, nuestros animales de compañía, son mucho más que eso, son una parte de nosotros, como lo son nuestros hijos, pero además son fieles y nobles. Por eso ahora estoy de duelo.

Tus “hermanos” el Nene y Maya notan su ausencia, y también te echan mucho de menos. El Nene, el gatito blanco, ahora hace lo que hacías tú, y viene a saludar por las mañanas como si fueses tú, la perrita Maya se sube a las rodillas tal como tú hacías...  Y aunque entre todos intentamos llenar ese vacío que nos has dejado, nunca se podrá llenar, porque tú Lluna, has sido mucho más que una mascota.

Mi querida Lluna, nos has dado mucho más de lo que nosotros te hayamos podido dar a ti. Nunca te podremos olvidar, porque siempre vas a seguir viva en nuestros corazones, como una parte más de nuestra familia que has sido, eres y serás.

16 de febrero 2017

José Luis Giménez 

Más que una mascota


Mientras que humanizamos a nuestras mascotas, nos deshumanizamos a nosotros mismos. Las cosas nunca son lo que parecen, así como evitamos parecer lo que realmente somos.

Que un hombre hecho y derecho exprese su sensibilidad, para algunos puede parecer que pierde hombría.

¡Los hombres no lloran! Eso era lo que recuerdo que me decían desde mi más dura infancia (no uso el tópico de “tierna infancia”, porque no lo fue).

Pero yo lloro... ¡y mucho! Y soy un hombre.

Lloro cuando veo esas horribles y crueles imágenes de niños desnutridos, al borde de morir de hambre; de esos niños que mueren como consecuencia de los tan consabidos “daños colaterales” de las guerras provocadas por intereses espurios, sin darles una sola oportunidad; lloro cuando veo a ancianos solos, abandonados y desvalidos; lloro de impotencia ante cualquier acto criminal cometido contra un inocente indefenso. Y ahora, también lloro por mi querida Lluna, mi niña bonita, mi tigresa, mi gatita de preciosos ojos azules.

Quien no tenga un “animal de compañía” o mascota (que no sé por qué se intenta buscar un calificativo por no decir que es una parte más de tu familia), quizás no entienda mi actuación, o simplemente piense que soy otro más de esos “animalistas” sensibleros.

Pero la realidad, les guste o no, es que no se trata de una simple mascota, es mucho más. Es una extensión de ti mismo, es ese amigo al que le puedes confesar lo que a nadie más dirías; es quien te da siempre la bienvenida cuando llegas a casa, quien te saluda por las mañanas cuando te levantas, quien te acompaña en el desayuno, en la comida y en la cena, es quien se acuesta a tu lado en las noches frías, para darnos calor mutuamente, es quien te esconde los calcetines y te los trae al cabo de tres días, cuando ya no los buscas; es quien te caza una bolsa de chuches o de caramelos, y te las trae toda orgullosa por haberlos “cazado” para ti...

Y ahora ya no está... ya no la volveré a oír maullar más... avisándome que ha cazado algo para mí... ya no me encontraré todo un reguero de calcetines por el suelo, indicándome el camino a seguir hasta la “presa” (los caramelos de colores, que tanto le gustaba cazar).

Se fue hace dos días, el día de San Valentín, el día del amor.... dicen...

Quería haberle escrito antes, pero no podía... Aún sigo llorando, llevo tres días sin poder dejar de llorar. ¡Y ni siquiera sé a quién echar la culpa!

Sólo me queda seguir recordándola tal como cuando era feliz, y desear que si existe un cielo de “mascotas”, cuando me muera me dejen estar con ellas, porque nuestras mascotas, nuestros animales de compañía, son mucho más que eso, son una parte de nosotros, como lo son nuestros hijos, pero además son fieles y nobles. Por eso ahora estoy de duelo.

Tus “hermanos” el Nene y Maya notan su ausencia, y también te echan mucho de menos. El Nene, el gatito blanco, ahora hace lo que hacías tú, y viene a saludar por las mañanas como si fueses tú, la perrita Maya se sube a las rodillas tal como tú hacías...  Y aunque entre todos intentamos llenar ese vacío que nos has dejado, nunca se podrá llenar, porque tú Lluna, has sido mucho más que una mascota.

Mi querida Lluna, nos has dado mucho más de lo que nosotros te hayamos podido dar a ti. Nunca te podremos olvidar, porque siempre vas a seguir viva en nuestros corazones, como una parte más de nuestra familia que has sido, eres y serás.

16 de febrero 2017

José Luis Giménez 

lunes, 6 de febrero de 2017

El Gran Secreto al descubierto: “El miedo en la selva social y el invento de la propiedad”.


Cuando la situación y la supervivencia personal se torna difícil y complicada, se suele culpar a la falta de poder en todas sus facetas; es decir, a la falta de poder económico o de poder social. Por lo que la posible solución para el necesitado, se presenta en la capacidad de obtener ingresos mediante el trabajo, o de generarlos de cualquier otra manera posible.

Pero cuando el sistema social está organizado de manera que el individuo necesite de un trabajo, para obtener ingresos y así poder subsistir, todo se basa en la voluntad del poderoso, es decir, del que posee dinero o la facultad de generarlo de cualquiera de las formas imaginables, para que mediante el tiempo y el trabajo dedicado por el empleado (trabajador), éste pueda percibir el pago acordado, y que en ningún caso, se ajusta a una equilibrada compensación, sino que en el caso del trabajador o empleado, dependerá de la oferta y la demanda, por lo que su tiempo y trabajo será ínfimamente valorado por el empleador o poderoso económico de turno siempre que la situación de la oferta y demanda le permita “adquirir” mano de obra más barata; por lo que sus beneficios serán mayores.


Y esta situación, descrita  de esta manera tan críptica, es la que va a condicionar la vida de cualquier individuo perteneciente a la sociedad actual, llamada también sociedad de consumo, pues está basada en el consumo y en la acumulación de poder y riquezas, y no en cubrir las necesidades básicas de todos y cada uno de sus integrantes con el mínimo esfuerzo. Por lo que bien podríamos definir a nuestra sociedad actual como una “selva social”.

Y digo selva social porque, tal como sucede en la selva de cualquier continente con animales salvajes, es la ley del más fuerte la que impera. Por lo que el depredador no va a permitir que su principal fuente de alimentación (llámese ingresos generados por los trabajadores) pueda eludirlo, anularlo o incluso eliminarlo, utilizando algún tipo de artimaña; o incluso algo peor para los poderosos depredadores, lo que sucedería al unirse todos los animales de la selva para hacer que los depredadores abandonen ese hábitat y les dejen vivir en paz y de forma digna, sin tener que ver peligrar su vida, ni la de sus vástagos o congéneres y amigos; ni pasar hambre, o frío o enfermedades que sin la atención debida resultan mortales.  

Es por eso que, el poderoso depredador, consciente de que su situación puede dar un giro brusco, en el momento en que el individuo tome consciencia de su verdadera situación y del poder que tiene en unión con el resto de individuos subyugados a los poderosos depredadores, decide crear un arma que evite tal cambio de situación. Esa arma tan terrible se conoce con el nombre de MIEDO.

Los poderosos depredadores utilizan el miedo para mantener a los individuos a raya. Para que a ninguno se le ocurra plantarles cara o enfrentárseles, y mucho menos permitirles que se organicen y hagan fuerza con su unión, lo que sin duda sería el fin de los poderosos depredadores.

El miedo se consigue fácilmente; bastará con hacer que la oferta de trabajo sea insuficiente para la demanda del mismo por parte de los individuos trabajadores, provocando una competencia cruel y desleal entre ellos mismos, para conseguir la gracia del poderoso depredador que lo ha elegido a él (el trabajador) y lo ha contratado para que sea su fuente de ingresos. A la vez, se cuida de que ningún individuo trabajador, o aún peor y más cruel, un individuo no empleado (un parado), perciba los ingresos suficientes para sobrevivir dignamente, por lo que se verá obligado a mendigar al poderoso depredador para que le deje recoger del suelo las migas de pan que se han caído de su mesa. Pero como eso no es suficiente, de vez en cuando, hay que dejar que unos cuantos individuos desempleados y muy acuciados, tengan un final cruel y despiadado. Si es posible que mueran de hambre, de frío o se suiciden porque no pueden resistir la presión y el estrés al que son sometidos, ya que no perciben ningún tipo de ayuda; ni física, psíquica, ni mucho menos económica.

Es entonces cuando esa monstruosa arma llamada miedo actúa con mayor eficacia. Ningún individuo trabajador o desahuciado va a querer verse en dicha situación, por lo que aceptará todas las condiciones a las que sea sometido por su poderoso depredador “personal”, a fin de seguir siendo parte de ese grupo de individuos privilegiados, que son explotados a cambio de permitirles sobrevivir sin demasiadas penurias.

Pero de igual manera que existen las armas destructivas, también existen las contra-armas. En este caso, contra el arma del miedo, sólo cabe una acción posible; y esta es el DESAPEGO por todo lo material.

Sólo cuando no existe apego por las cosas materiales, éstas dejan de tener importancia. El concepto de propiedad se inventó precisamente para evitar ese desapego por lo material. Si el individuo siente desapego por todo lo material, el poderoso depredador no tendrá a su disposición el arma del miedo, pues el individuo ya no tendrá miedo a perder nada, pues quien nada posee, nada puede perder.

¿Alguien ha pensado alguna vez en cómo habría sido el primer momento en que a alguien se le ocurrió decir que tal montaña, o río, o valle o tierras eran suyas...? ¿A cuento de qué justificaría que todo lo que quisiera nombrar era suyo...?

Las montañas, los ríos, los valles, la tierra, el mar... todo lo que existe en nuestro planeta Tierra NO ES DE NADIE. Ya existía millones de años antes de que apareciese el hombre en la Tierra. Pero a algún “listillo” se le ocurrió decir que todo aquello o parte de todo era suyo... que se lo había “dado” su Dios, o que lo había ganado en una gran batalla contra otros hombres que habitaban aquellos lugares.

Este fue el gran invento de los primeros poderosos depredadores. El segundo fue el miedo.

Ahora, cualquier pobre individuo, ya sea trabajador, desempleado o desahuciado, cree ser poseedor de ciertas propiedades; llámese vehículos, casas, ropas, dinero, etc. Pero en realidad no poseen nada. Por muy pequeña que sea dicha propiedad, en realidad no le pertenece, pues tiene que pagar el impuesto correspondiente que su poderoso depredador le ha asignado para que pueda conservar dicha propiedad, ya que de no hacer efectivo dicho pago de impuesto, “su” propiedad le será embargada y pasará a ser propiedad del poderoso depredador. Entonces, el individuo, ¿es propietario de algo, o no lo es de nada?

Pero aquí no acaba el control del poderoso depredador sobre el individuo, hay algo mucho más valioso e importante que el depredador le ha quitado al individuo, y es su tiempo. El tiempo es lo más valioso que existe. Por eso el poderoso depredador se afana en acaparar la mayor cantidad de tiempo de los individuos que controla, porque si los individuos no son dueños de su tiempo, tampoco tendrán tiempo para pensar, para reflexionar y tomar consciencia de la situación en la que viven y de ellos mismos.

Si tú has llegado hasta aquí, posiblemente aún tengas la oportunidad de dejar de tener miedo, o incluso de dejar de permitir que te sigan quitando tu tiempo. Ahora la decisión es tuya, y tu tiempo también.


© 2017 José Luis Giménez




miércoles, 1 de febrero de 2017

Tal día como hoy...


Tal día como hoy... de hace tres años, publiqué algunos mensajes en las redes sociales que posiblemente hoy ya no podrían ser publicados sin algún tipo de represalia. Aunque también publiqué algún consejo o reflexión que no puede hacer daño a nadie. 

Ahí van algunos de ellos:
    Un gobierno elegido democráticamente, que no respeta la voluntad del pueblo, que incumple sus promesas y perjudica los derechos sociales de los ciudadanos; es de todo, menos un gobierno honesto, democrático y legal; pues ha cometido perjurio en la persona de su presidente y sus mandatarios. No posee derecho moral ni legal a permanecer ni un segundo en el poder mientras siga incumpliendo lo prometido para ser elegido por el pueblo. No valen las excusas de “me lo encontré peor de lo que esperaba” o excusas similares. Si no puede cumplir lo que promete en la campaña electoral debe deshacer las Cortes y convocar nuevas elecciones para que, si son elegidos de nuevo, sea con el conocimiento del pueblo de que van a actuar de manera distinta a la prometida en la campaña electoral. Quien no actúe así, no es honesto, y está faltando al juramento que hizo al ser nombrado miembro del gobierno.

    Resulta del todo incomprensible que algo tan evidente no sea motivo de dimisión del gobierno, ni de que el resto de los partidos políticos y ciudadanos exijan la inmediata dimisión del mismo.
    José Luis Giménez

      Cuando el aviso es ignorado sistemáticamente, sólo queda una actuación contundente. José Luis Giménez
      Proyecta, visualiza y desea un mundo feliz, donde todos seamos tratados con respeto, justicia y equidad; pero no te limites únicamente a desearlo, visualizarlo y proyectarlo: implícate en el proceso y participa del cambio, pues tú formas parte de este mundo. 
      José Luis Giménez

        Si tú eres de los que lees mis poemas, pero no te gusta que hable de la corrupción política, de las mentiras de ésta y su manipulación… No me leas, pues incluso mis poemas, están basados en la realidad que vivimos. No por cerrar los ojos, las cosas malas van a dejar de pasar. No hagas como el avestruz que esconde la cabeza, porque piensa que al no ver lo que se le viene encima, no le va a pasar nada. Afronta la realidad con decisión, seguridad en tus derechos y templanza, pues es la mejor manera de actuar como un verdadero Ser humano. 
        José Luis Giménez
        Los poderes fácticos se sirven del miedo para controlar tu vida y hacer de tu existencia una fuente de ingresos y beneficios para ellos. Cuando dejes de temerles, habrá acabado su poder y tu esclavitud.
         José Luis Giménez


          Acaba de empezar la carrera más importante de la Humanidad. La mentira, la corrupción, la manipulación, la injusticia, la desigualdad… ya no tienen cabida en la sociedad humana. ¿Vas a dejar de participar en esta carrera?

          ¡No te la pierdas y participa! Sólo tienes que decir No a la mentira, la corrupción, la manipulación, la injusticia, la desigualdad…
          ¡No permitas que compren tu silencio con el miedo! El futuro de todos está en tu voz, en todas las voces del mundo unidas. ¡Habla pueblo, habla!
          José Luis Giménez

            Nuestra vida está planificada de antemano, pero sólo alcanzaremos la meta propuesta si hacemos caso a nuestra intuición, pues ésta es la conexión con el plan divino. 
            José Luis Giménez