No culpes a los demás de
aquello que tú no has sido capaz de resolver.
Si dejamos que sean las acciones de los otros las que nos dirijan, dejamos de ser nosotros, para pasar a ser un apéndice de los demás.
Lo único de valor que existe en el ser humano es su alma, y muchos la venden por unos momentos de fama, de un engañoso éxito que, en realidad, lo que únicamente hace es demostrar el nivel de su ignorancia.
El ser humano espiritualmente elevado, procura que su alma no se intoxique con los engañosos egos, que lo material no ahogue lo espiritual, que su cuerpo no mate a su alma.
Cuando tomes consciencia de que lo má valioso de ti está en tu alma, no permitirás que la falsedad anide en tu corazón.
La humanidad del Hombre se mide por el trato que éste da a los animales.
Cuando tengas que tomar una decisión sobre qué pareja escoger, recuerda que la belleza física es efímera y disminuye con el tiempo; mientras que la sabiduría, producto del conocimiento y la experiencia, con el tiempo aumenta.
Mientras no seas capaz de cambiarte a ti mismo, no podrás cambiar nada de lo que te rodea.
Pero aun cambiando tú, el mundo seguirá siendo igual.
Así pues, sólo puedes cambiarte a ti mismo para que, las cosas, te afecten según hayas decidido.
Si siempre recorres el mismo camino, nunca encontrarás cosas diferentes.
En la vida sucede igual; si no cambias tu manera de ver las cosas, las cosas nunca van a cambiar.
© 2016 José Luis Giménez
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