“Nadie es perfecto, nadie es el más
sabio, ni nadie el más tonto. Lo importante es saber que todos poseemos
defectos, que siempre hay alguien más sabio y alguien que sabe menos, pero si
tenemos que valorar algo en la persona por encima de todas las cosas, que sea
su honestidad”.
De nada sirve
ser un personaje importante, afamado o con prestigio, si la honestidad no
acompaña al personaje. Asistimos con demasiada asiduidad a situaciones
perplejas, donde personajes de renombre o de prestigio, acaban siendo
condenados por la justicia por causa de su corrupción. La honestidad y la
honradez, está por encima de cualquier otra consideración.
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“La mayor cárcel es aquella que nos
auto-imponemos a través de las limitaciones de nuestros pensamientos”.
La falta de
fe o confianza en nosotros mismos es nuestro mayor enemigo. Si creemos que no
podemos lograr alguna cosa en concreto, seguro que no lo conseguiremos. Limitar
nuestras posibilidades de antemano, es como estar dentro de una cárcel de la
que sabemos que no podemos salir. No existe nada imposible, lo que sucede es
que, la mayoría de las veces, desconocemos el procedimiento para conseguirlo.
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“Las cosas tienen el valor que cada
uno de nosotros les dé. Por eso hay cosas que se dan gratuitamente, ya que no
tienen precio”.
Hay cosas que
no pueden valorarse, porque no depende de la oferta y la demanda del objeto o
cosa. Pero también sucede que la cosa no se pueda valorar al ser algo
inmaterial y por tanto no sujeto a un precio. En este apartado cabría mencionar
los hechos y gestos realizados por alguien en favor de otra persona. Nadie más
que uno mismo sabe lo que le cuesta o supone realizar tal o cual acción en
favor de otra persona. Es por eso que el valor de la cosa o acto, será el que
cada uno le otorgue según su consciencia.
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“No existe mayor gratificación que las
muestras de cariño de quienes te conocen y te aman, ni mayor reconocimiento que
las muestras de envidia de tus enemigos”.
Las muestras
de amor y de cariño es la mejor recompensa que podemos obtener, pues éstas se
dan de corazón, ya que los sentimientos no se pueden adquirir en el
supermercado. Por el contrario, cuando la envidia de nuestros enemigos hace que
éstos nos critiquen, en realidad lo que están haciendo es reconocer nuestra
valía.
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“El mejor maestro es aquél que es
capaz de enseñar al peor de los alumnos”.
Solemos creer
que la reputación profesional es sinónimo de éxito, pero la vida se encarga de
demostrarnos cómo, lo más importante para obtener el éxito, no es la
reputación, sino el empeño y la dedicación.
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“El éxito se resiste a ser alcanzado
cuando es perseguido. En cambio, alcanza a quien disfruta realizando su
trabajo”.
No importa el
tiempo que tardes en alcanzar tu objetivo, pero si lo haces disfrutando de tu
trabajo, el éxito estará asegurado.
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“La respuesta únicamente tiene validez
si la pregunta es la acertada”.
Cuando
tengamos la necesidad de conocer una respuesta concreta, hagamos la pregunta
correcta. Si no se aborda el tema directamente, las respuestas resultarán
confusas.
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“La verdad hiere… y la verdad sana. No
obstante, nadie es poseedor de la verdad absoluta, por lo que es difícil saber
cuándo se dice una verdad que hiere u otra que cura. Procura que tus verdades
sean dichas únicamente para sanar”.
Hay verdades
que no deberían ser dichas, sobre todo cuando no van a resolver ningún problema
y sí en cambio van a provocar daño. Todo el mundo tiene derecho a conocer la
verdad, pero no están obligados a conocerla cuando no les beneficia.
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“La sabiduría es el mayor de los
tesoros, procura compartirla únicamente con quien realmente se lo merece”.
Con el poder
del dinero se pueden alcanzar la mayoría de las cosas, excepto los sentimientos
y la sabiduría, que únicamente se obtiene a través de la experiencia.
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“No pidas consejo si no estás
preparado para aceptarlo”.
Admitir
nuestros errores no está al alcance de cualquiera. Si no estás en disposición
de admitir tus errores, no pidas consejo.
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“La tibieza sólo es buena cuando se
trata de tomar té”.
No siempre es
bueno mantenerse entre dos aguas… es decir, lo correcto es mostrarse claramente
en la posición que indican nuestras ideas. Si por agradar a unos y a otros, de
ideas enfrentadas, se opta por complacer a ambos; lo más probable es que no se
consiga la confianza de ninguno de los dos.
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