miércoles, 7 de diciembre de 2016

Sabiduría



El sabio escoge cada una de sus palabras, mide cada uno de sus movimientos y sopesa cada una de sus decisiones, porque sabe que nada sucede por azar.

El sabio no entra en discusiones absurdas ni responde a las provocaciones, porque sabe que no llevan a ningún lugar.

El sabio no pierde el tiempo en hacerle ver al ciego que no quiere ver, ni oír al sordo que no quiere escuchar, porque sabe que el tiempo es muy valioso.

El sabio habla poco, porque sabe que pocos son los que lo van a entender. 

El sabio observa, escucha y reflexiona, porque sabe que puede aprender de todo.

El sabio aprende a ser paciente, porque sabe que tras la paciencia llega la respuesta.


© 2016 José Luis Giménez 

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